ICPARD FILIAL BARAHONA 2018-2020...
Importancia del control interno en los negocios
Desarrollo:
El
control interno, en los últimos años, ha adquirido gran importancia en
el nivel financiero, administrativo, productivo, económico y legal, pues
permite a la alta dirección de una organización dar una seguridad
razonable, en relación con el logro de los objetivos empresariales. Todo
lo anterior por medio del establecimiento de aspectos básicos de
eficiencia y efectividad en las operaciones, así como confiabilidad de
los reportes financieros y cumplimiento de leyes, normas y regulaciones,
estas enmarcan la actuación administrativa.
El control interno se
apoya en la gestión de procesos, ya que permite comprender la realidad
de la empresa a través de actividades de planificación, medición,
gestión y mejora, ello con el fin de obtener el cumplimiento de los
objetivos de una organización, estas tienen como base el marco normativo
nacional e internacional.
Las nuevas tendencias han enfocado sus
esfuerzos en la aplicación de mejores prácticas empresariales, tomando
como base, en materia de control interno, el marco integrado de control
interno (COSO), este se encuentra compuesto por cinco componentes:
- Ambiente de control
- Evaluación de riesgos
- Actividades de control
- Información y comunicación
- Monitoreo
Estos
cinco componentes se encuentran interrelacionados y son una guía para
la empresa acerca de cómo deben gestionar el negocio y estar integrados
en el proceso de administración. Los componentes en una organización
representan aquello necesario para lograr los objetivos estratégicos y
operativos.
El control interno, en cualquier organización, reviste
mucha importancia, tanto en la conducción de la organización como en el
control e información de las operaciones, puesto que permite el manejo
adecuado de los bienes, funciones e información de una empresa. Así
mismo se ejecutan cada uno de estos componentes en una organización, con
el fin de obtener beneficios y ayudar a los recursos (humanos,
materiales y financieros) disponibles con el fin de que sean utilizados
en forma eficiente.
El ambiente de control influye en la
conciencia de los empleados de la organización, pues proporciona
disciplina y estructura en los procesos. Además, existen factores que
influyen en esta etapa, como son la integridad y los valores éticos, el
compromiso hacia la competencia, el comité directivo, la filosofía de la
administración, la estructura organizacional, la asignación de
autoridad y las políticas de recursos humanos.
Es importante
valorar cada uno de los factores antes mencionados, ya que estos pueden
ayudar a definir el éxito o fracaso de una organización, es decir, el
tener herramientas que ayuden a fomentar una cultura integral en la
empresa colabora con definir las bases para el siguiente componente.
La
valoración de riesgos implica la identificación y el análisis de los
riesgos relevantes para la consecución de los objetivos, así mismo,
contribuye para formar una base con el fin de determinar cómo se deben
administrar los riesgos. La gestión de riesgos debe verse como una
filosofía para la organización, y esta debe quedar reflejada en todo el
quehacer de la empresa.
La gestión de riesgos proporciona a las
organizaciones una aceptación responsable del riesgo, así como apoyo a
la alta dirección, mejora de resultados, responsabilidad de labores y
liderazgo operativo, todo esto con el fin de obtener un cumplimiento
efectivo de lo expuesto y llegar a definir controles que permitan la
mitigación de los riesgos.
Las actividades de control son los
procedimientos que permiten asegurar que las directrices administrativas
se están llevando a cabo, estas actividades deben estar incorporadas en
las actividades del negocio, pues permiten la prevención, detención y
corrección de eventos riesgosos para la empresa.
Las actividades
de control se dan a lo largo de toda la organización, en todos los
niveles, tanto de forma vertical como horizontal, y deben ser aplicadas
por cada uno de los miembros de la empresa, de ahí que se deben mantener
canales de información y comunicación efectivos con el fin de lograr el
cumplimiento de estas.
La información y comunicación deben verse
como un sistema que permite al personal de la entidad capturar e
intercambiar información necesaria para conducir, administrar y
controlar sus operaciones. De igual forma, debe darse una comunicación
fluida a lo interno, como también a lo externo de la empresa, de manera
tal que permita actuar a tiempo ante cualquier evento.
Para
mantener una comunicación con calidad se deben considerar aspectos como
por ejemplo si el contenido es apropiado, la información es oportuna,
actual, exacta y accesible a los usuarios. Esto permite que los
empleados tengan claro cuál es su rol y sus responsabilidades dentro del
sistema de control, esto facilita las actividades de control, pues
estas últimas continúan en el proceso de control basado en Comité de
Organizaciones Patrocinadoras de la Comisión de normas (COSO).
El
monitoreo es el proceso de evaluar la calidad del desempeño en el tiempo
real, por medio de actividades permanentes de supervisión, evaluaciones
independientes o una combinación de ambas. El alcance y frecuencia de
las evaluaciones independientes dependerá fundamentalmente de la
evaluación de los riegos y de la eficacia de los procedimientos de
supervisión permanente. Las deficiencias en la gestión de riegos
corporativos se comunican de forma ascendente, trasladando los temas más
importantes a la alta dirección y al consejo de administración.
Existe
sinergia e interrelación entre los cinco componentes que permite formar
un sistema integrado de control, el cual reacciona dinámicamente ante
las condiciones cambiantes de la empresa. De esta manera se logra que el
control interno ayude a la entidad a lograr sus metas de desempeño,
utilidades y prevenir las pérdidas de recursos.
Si bien es cierto,
el control interno colabora a que la empresa logre sus metas de
desempeño y rentabilidad, es importante también tener claro que el
control interno también tiene sus limitantes, y es que no puede cambiar
una administración inherente pobre a una buena, tampoco puede cambiar
políticas gubernamentales, las condiciones económicas, no asegura el
éxito ni la supervivencia y, por último, no proporciona una seguridad
absoluta de que los objetivos de negocio se logren.
Es
por ello que el compromiso posible de obtener por parte de los
colaboradores de la empresa, la aplicación de mejores prácticas
empresariales y el uso de herramientas que colaboren a la efectividad,
eficacia y eficacia de las tareas, contribuirán a que la empresa tenga
un proceso integrado de control que dé valor al cumplimiento de los
objetivos organizacionales.
Bibliografía
- Hernández, R. (2006). Metodología de la Investigación. Colombia: McGRAW-HILL
- Mantilla, S. (1997). Control Interno Informe Coso. Colombia: Kimpres